11.9 C
Coquimbo
miércoles, abril 23, 2025

La Serena: Marisol Paillaleve: La artesana huilliche que teje sus raíces y lucha por la visibilidad mapuche

“Proyecto financiado a través del FFMCS 2024”

Marisol Paillaleve viene de la ciudad de Frutillar, en la Región de Los Lagos, pertenece al pueblo originario mapuche huilliche, es madre de un jóven Gabriel de 15 años. Relata que llegó a la Región de Coquimbo debido a los constantes traslados que tenían que hacer por el oficio de marino de su papá, estuvieron en Arica, Iquique, Tocopilla y en alguna ocasión llegaron a la ciudad de Coquimbo.

Cuenta, además, que fue justamente gracias al trabajo como marino de su padre que conoció a su mamá. En Frutillar sus familiares la instruyeron en el mundo mapuche, haciéndola parte de ritos y ceremonias desde muy temprana edad, lo que la llenó de conocimientos sobre tradición y cultura que la han llevado a ser una orgullosa mujer mapuche, llena de historias y hazañas en un mundo que día a día intenta “dejarlas atrás”, como ella cuenta con sus propias palabras.

¿A qué se dedica en la actualidad?

“Soy asistente de párvulo, lo saqué aquí gracias a que fui al Colegio Providencia, que tienen enseñanza técnico profesional, acá en La Serena. Pero mi otro oficio, y no menos importante, al contrario, es ser tejedora, además reconocida por los Récord Guinness, por haber participado en la confección del telar mapuche más grande del mundo. Actualmente, trabajo como maestra tradicional en 2 establecimientos, en la escuela de música Jorge Peña Hen y en la escuela José Agustín Alfaro, en Tierras Blancas.

¿De dónde adquirió sus conocimientos sobre tradición y cultura mapuche?

Bueno, si bien por mi papá teníamos que movernos constantemente, mi mamá aprovechaba de volver al sur para los veranos, ya que antes las vacaciones eran más largas, entonces volvíamos a encontrarnos con tías, mis abuelos y otras personas de la comunidad allá en Frutillar. En el sur yo las veía trabajando en sus grandes telares, ellas lo hacían donde fuera, apoyadas en las paredes o simplemente en la mesa. Fue ahí que yo vi tener en el witral, que es el telar ancestral del pueblo mapuche.

¿Y cómo se vive en el sur la identidad mapuche?

A pesar de que vi a mis tías usar vestimentas alusivas al pueblo, también era complicado, allá llegó la cultura alemana y de alguna manera terminó con las tradiciones, por ejemplo, con nuestra vestimenta mapuche. En la ciudad nos segregaban y nosotros los sentíamos, nos desplazaban y rechazaban al vernos vestidas con nuestras joyas o ropa.

Igual, como muchos de nosotros aún éramos niños no sabíamos que nos estaban discriminando, aún que nos decían palabras mayores. Pero eso no detuvo a la comunidad ni a mi familia de seguir celebrando nuestras festividades, recuerdo mi cala de la oreja, que es cuando te hacen un orificio para los aros, o cuando a las niñas nos llega nuestro primer periodo, también se realiza una ceremonia. Es ahí que nos hacen ver nuestro oficios como mujeres mapuches, el rito consiste de que te pasan un saco de lana sucia y nos dicen que tenemos que limpiarla, si la limpiamos tenemos que hilarla y si la hilamos tenemos que tejerla.

¿Fue ahí que le enseñaron a tejer en el witral?

El tejido en witral no es algo que se enseñe, es un conocimiento adquirido exclusivamente a través de la observación, nosotras solamente mirábamos el witral para aprender. Bueno, en un comienzo tuvimos que ir al lago Llanquihue a lavar la lana, la dejábamos secar y luego nos entregaban el uso, que es la rótula, el hueso del vacuno, y un palo. Ninguna de nosotras sabíamos cómo se usaba ni como se hacía para hilar, nunca habíamos tomado una antes. Yo tuve la posibilidad, entre 12 participantes, de las cuales había primas y sobrinas de ellas, que supo cómo hilar con el uso,  según mi abuela, era un técnica que se trae adquirida gracias a conocimientos previos al nacimiento. Ella me contaba que cuando yo nací me entrelazó una telaraña en mis manos y pies para que yo tuviera esta predisposición al tejido.

¿Entonces fue su pasión por el tejido que la llevó a participar en el evento del Récord Guinnes?

Sí, aunque esto estaba planeado para antes de la pandemia pero no pudimos y luego con todo lo que pasó se retrasó. De todas formas logramos realizarlo el 2022, nos juntamos varias comunidades, habían muchas personas del pueblo mapuche y fue una experiencia hermosa. Aunque fue complicado el viaje a Puerto Saavedra, el lugar del evento, por todo el tema sanitario que había en ese entonces, lo que llevó a que muchas otras mujeres no pudieran participar. A pesar de todo, fue una linda experiencia, fue un gran reconocimiento a nivel mundial y nacional, aunque no salimos en todos los canales nacionales, también dimos a conocer que el pueblo mapuche no es un pueblo agresivo. Sí, somos un pueblo guerrero, nuestra sangre hierve de repente, porque nuestra vida ha sido una constante lucha de más de 500 años.

¿Cree que en la actualidad se ha agravado ese estigma sobre el pueblo mapuche?

A veces pasa que nos tienen catalogados como terroristas, no entienden que el sistema nos afecta, pero no somos violentos, solo no queremos que se nos siga pasando por encima de nuestras creencias, culturas y tradiciones. En este sentido, no ayudó que para las marchas se use la bandera de nuestro pueblo, nos tienen como una bandera de lucha pero esas cosas tienen otro significado para nosotros, porque es muy importante el buen vivir del pueblo mapuche, que significa llevarnos bien con nuestro entorno.

Cuando participé en Puerto Saavedra no vi ninguna tanqueta, éramos una enorme cantidad de personas mapuches, muchos usando la vestimenta, haciendo guillatún cada media hora, rogativas cada cierto rato para mantener la calma del cielo y tranquilizar un poco la lluvia. Incluso, hubo un par de carabineros durante toda la jornada y eran del pueblo mapuche, al menos por sus apellidos. Fue todo llevado con mucho respeto, de parte de ambos lados, nosotros no somos terroristas, ¿cómo vamos a quemar la tierra que nosotros mismos estamos cuidando?

Nosotros peleamos por el buen vivir, creemos que los elementos de la naturaleza están vivos, a pesar de que no los veamos respirar o moverse, pero tienen su propio espíritu. Por ejemplo, nosotros no vemos el viento, no obstante, eso no significa que no exista, porque podemos sentirlo cuando golpea nuestra cara, es eso en lo que creemos, no en un dios cristiano, creemos en algo que no existe a la visión pero sí podemos sentirlo con nuestros cuerpos y nuestro corazón.

¿Y cómo se vive en la zona norte la identidad mapuche?

En comparación con el sur que es más normal allá, como en Temuco que uno puede encontrar personas mapuches en la calle con sus vestimentas, y para la gente de allá es tan normal eso. En cambio acá yo sí he sentido discriminación de la gente cuando me pongo mi vestimenta, la locomoción colectiva no para o la gente mira raro, los niños preguntan a sus padres y les dicen que estamos disfrazados o andamos bailando. Siempre nos folklorizan en el sistema, si bien, recién el 2015 decidí colocarme mi vestimenta en honor a mi abuela, ya que ella fue obligada a dejar sus costumbres, incluso, ella hablaba mapudungún fluidamente, pero con la llegada del alemán y la discriminación que había fue practicando cada vez menos hasta que eso se perdió.

En relación a su trabajo como profesora intercultural, ¿qué cambios aprecia durante estos 2 años?

Son 15 años ya que llevo trabajando dentro del sistema educacional, cuando empiezan los programas en jardines infantiles, pero educar los niños chiquititos de pre básica es complicado, era una pincelada muy pequeña ya que con los más chicos es muy poco lo que podemos hacer nosotros. Recién el año 2022 se instauró esto para la educación básica acá en la región y había mucha demanda por parte de los colegios porque habían pocos profesores interculturales. Es por eso que tomo 4 establecimientos y fue una experiencia muy linda poder entablar conversación con niños de primero y segundo básico, igual eran pequeñitos pero se podía tener una conversación más fluida. Es importante mencionar que nosotros no enseñamos historia de los pueblos originarios, lo que hacemos es traspasar nuestra cosmovisión, es una enseñanza enfocada en lo cultural más que en conocimientos curriculares. Para esto tuve que vivir y aprender con 10 pueblos originarios, me eduqué en quechua, aymara, rapa nui, diaguita y chango, he aprendido de boca a boca con personas de distintos pueblos. Me preparé con mucho respeto y conciencia para enseñar de los demás pueblos.

No somos profesores de título, pero ellos nos ven a nosotros como la verdad de esa asignatura así que tenemos que prepararnos bien, es una oportunidad muy grande para dejar en nuestros niños una semilla de cambio, para que no nos vean como terroristas

y conozcan el verdadero legado de los pueblos originarios.

Noticias de Interes

SÍGUENOS EN LAS REDES SOCIALES
90,610FansMe gusta
34,166SeguidoresSeguir
28,347SeguidoresSeguir
210SuscriptoresSuscribirte
Anuncio

SÍGUENOS EN TWITTER

[custom-twitter-feeds]

últimas noticias

Anuncio

ESTAMOS PRESENTES EN INSTAGRAM

Anuncio

SÍGUENOS EN FACEBOOK

1 day ago

serenaycoquimbo.cl
Papá Francisco, que su alma descanse en paz.Consuelo a los millones de fieles católicos que lamentan la partida de su líder, del pastor que llegó desde un país latinoamericano a dejar su huella en la historia. ... See MoreSee Less
Ver en Facebook
Anuncio