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domingo, marzo 30, 2025

Ovalle: Lorena Araya: La fuerza de una mujer diaguita

“Proyecto financiado a través del FFMCS 2024”

Loreto Araya, emprendedora y orgullosa descendiente de la etnia diaguita, ha recorrido un camino de esfuerzo y autodescubrimiento. Su historia es testimonio de una identidad que resurgió con el tiempo y que ahora, más fuerte que nunca, la acompaña en cada paso de su vida.

Desde pequeña, Lorena estuvo rodeada de las tradiciones diaguitas que marcaron su infancia en el campo. Gracias a las enseñanzas de su madre, quien fue partera y guardiana de las costumbres ancestrales, Lorena creció con un amor profundo por las tradiciones y prácticas diaguitas. Sin embargo, fue solo hace unos ocho años que descubrió formalmente su herencia diaguita, algo que la llenó de orgullo y la impulsó a investigar y conectar aún más con sus raíces.

Hoy, Lorena es una emprendedora en fomento productivo y se dedica a la elaboración de productos tradicionales de su cultura. Con una trayectoria inspiradora, nos comparte su visión de la vida, sus logros y sus desafíos como mujer diaguita en el Chile actual.

  • ¿Podrías contarnos un poco sobre tu historia familiar? ¿Cómo ha influido tu familia en tu identidad y en tu trayectoria?

“Soy de la etnia diaguita, y esta identidad ha influido profundamente en mi vida. Crecí en una localidad rural de Monte Patria llamada Carén, en una familia donde la cultura diaguita siempre estuvo presente. Mi madre fue partera y guardiana de muchas tradiciones ancestrales: cocinaba a leña, preparaba harina tostada y practicaba otras costumbres que se transmitían de generación en generación. Así, desde pequeña, fui aprendiendo lo que significaba ser diaguita, aunque no fue sino hasta hace unos diez años que supe formalmente que mi apellido y mis raíces pertenecían a un pueblo originario. Este descubrimiento me llenó de orgullo y reforzó mi identidad y mi camino como mujer diaguita”.

  • En relación con tu pertenencia a un pueblo originario, ¿Qué significa para ti esta identidad?

“Llevar esta identidad es algo que me llena de orgullo. Mi padre también era diaguita, aunque solo llegué a saberlo recientemente. Este conocimiento me permitió conectar con una historia que llevo en el corazón. Hoy, pertenecer a un pueblo originario tiene un significado muy especial para mí, es un tesoro que me acompaña en todo lo que hago. Es algo que enriquece mi vida y me impulsa a seguir adelante”.

  • ¿Qué tipos de barreras de género has enfrentado en tu vida personal y profesional?

“En general, no he enfrentado grandes barreras. Sin embargo, como muchas de mis compañeras, he notado que, en el contexto de la educación tradicional de los pueblos originarios, a veces se nos subestima. En algunas escuelas, donde ya es parte del currículum enseñar las lenguas y culturas originarias, los educadores tradicionales enfrentan una cierta desvalorización, ya que algunos consideran que no tenemos la misma preparación académica formal. Sin embargo, seguimos adelante con la certeza de que estamos rescatando algo muy valioso”.

  • ¿Has notado alguna brecha significativa que afecte a las mujeres de pueblos originarios en comparación con otras mujeres?

“No he tenido problemas para participar en actividades o acceder a espacios. Al contrario, creo que hoy en día ser parte de un pueblo originario es una ventaja, ya que tenemos la oportunidad de participar en eventos y ferias que valoran nuestras culturas. Por ejemplo, en las ferias del Año Nuevo Indígena, se nos da un espacio especial para compartir y comercializar nuestros productos. Es algo que nos abre muchas puertas”.

  • ¿Cómo has enfrentado estas barreras y brechas? ¿Hay alguna experiencia que te haya marcado especialmente?

“Personalmente, no he tenido que enfrentar barreras específicas. Mi participación en las ferias y eventos ha sido positiva, y siempre he encontrado apoyo y una buena recepción. Para mí, ser parte de estas actividades es una forma de dar a conocer mi cultura y compartir lo que hacemos”.

  • ¿Has sufrido algún episodio de discriminación o desigualdad por ser mujer y pertenecer a un pueblo originario?

“En ocasiones, he escuchado comentarios despectivos como ‘ustedes son indios’, pero son palabras que no me afectan. Llevo con orgullo el hecho de ser diaguita, y cualquier intento de discriminarme queda sin efecto porque me siento segura de mi identidad. En realidad, ese tipo de comentarios son los menos, y me siento muy respaldada por mi cultura y mi gente”.

  • ¿Qué instituciones públicas o privadas te han apoyado en tu camino? ¿De qué manera?

“Principalmente, he recibido el apoyo de la municipalidad a través del programa de fomento productivo, donde pertenezco desde 2017. También obtuve apoyo de CORFO en una ocasión y actualmente estoy participando en un programa de FOSIS. Gracias a estas ayudas, he podido impulsar mi emprendimiento y continuar desarrollándome como emprendedora”.

  • ¿Crees que el apoyo que has recibido ha sido suficiente? ¿Qué mejorarías en cuanto a la ayuda ofrecida a mujeres de pueblos originarios?

“El apoyo ha sido bueno, aunque siento que en términos económicos podría mejorar. Los montos asignados a los emprendedores en programas como ‘Emprende Básico’ a veces son limitados, y con un poco más de ayuda podríamos seguir avanzando y fortaleciendo nuestros negocios. Me gustaría que hubiera un apoyo más constante y estructurado, especialmente para las mujeres diaguitas que estamos empezando o desarrollando nuestros emprendimientos”.

  • ¿En qué consiste tu actividad gremial, laboral, profesional, comercial y/o de liderazgo comunitario? ¿Cómo llegaste a desempeñarte en este campo?

“Mi actividad principal es la venta de productos tradicionales diaguitas, como frutos secos, tortas de higo, cachitos de nuez y turrones. Comencé con un negocio establecido, pero luego empecé a vender en ferias locales y a través de plataformas en internet. Mi negocio ha sido una buena experiencia porque me ha permitido innovar y mantener viva una tradición de productos diaguitas. A lo largo de los años, he podido ver cómo mi emprendimiento crece, y me siento orgullosa de haber logrado todo lo que tengo hasta hoy”.


  • ¿Cuáles han sido los principales hitos en tu trayectoria?

“Uno de mis mayores logros ha sido sacar adelante mi negocio y poder darle educación a mis hijos gracias a él. A pesar de las dificultades actuales, sigo luchando y no he bajado los brazos. Es una fuente de orgullo saber que todo lo que tengo es fruto de mi trabajo y esfuerzo, y que he logrado construir una vida estable para mi familia”.

  • ¿Te has encontrado con obstáculos particulares en tu actividad debido a tu género y/o identidad originaria?

“No, hasta ahora no he encontrado obstáculos específicos. Mi identidad como mujer diaguita, al contrario, me ha abierto puertas en muchos espacios y eventos que buscan dar visibilidad a nuestra cultura”.

  • ¿Cómo es que la condición de mujer de pueblo originario puede perjudicar o favorecer el desarrollo personal y profesional?

“Hoy en día, ser parte de un pueblo originario es una ventaja, ya que existen eventos y ferias exclusivas para nuestras culturas. Por ejemplo, el Año Nuevo Indígena es una ocasión en la que se organizan actividades especiales, y esto nos brinda oportunidades únicas para darnos a conocer y comercializar nuestros productos”.

  • ¿Has sentido alguna vez que tu identidad originaria te da una perspectiva única o una ventaja en tu campo de trabajo?

“Definitivamente. Participé en una feria de pueblos originarios en La Serena hace un tiempo, y creo que ser diaguita me ha abierto muchas oportunidades. Estos eventos me permiten mostrar mis productos y conectarme con personas que valoran nuestra cultura”.

  • ¿Tienes nexos o redes de apoyo con otras mujeres de pueblos originarios? ¿Cómo han influido estas relaciones en tu vida y trabajo?

“Sí, tengo redes de apoyo con otras mujeres de pueblos originarios, especialmente cuando realizamos ferias. Nos ayudamos mutuamente, compartimos experiencias y trabajamos en conjunto para que todo salga bien. Aunque a veces estamos un poco distantes, seguimos en contacto y apoyándonos en nuestras actividades”.

  • ¿Consideras que el trabajo en red con otras mujeres de pueblos originarios es importante? ¿Por qué?

“Es muy importante, porque nos apoyamos y nos ayudamos a mejorar en todo lo que hacemos. Cada una tiene sus fortalezas y cuando nos reunimos, compartimos conocimientos y encontramos soluciones a nuestras necesidades”.

  • ¿Qué consejo les darías a las jóvenes mujeres de pueblos originarios que están comenzando su camino profesional o comunitario?

“Les diría que estén orgullosas de ser parte de un pueblo originario. Que no dejen de luchar, ya sea como emprendedoras, profesionales o en cualquier camino que elijan. Ser diaguita me ha dado mucho a nivel personal y ha abierto puertas importantes para mi desarrollo. Les aconsejo que se sientan seguras de quiénes son y que aprovechen las oportunidades que les brinda su identidad”.

  • ¿Hay algo más que te gustaría compartir sobre tu experiencia y tu visión para el futuro?

“Desde que descubrí mi pertenencia al pueblo diaguita, he sentido un orgullo muy profundo. Esta identidad es algo que llevo en el corazón y en el alma, como un escudo que me acompaña todos los días. Me siento agradecida y feliz de ser diaguita, y sé que esa fuerza estará conmigo hasta el día en que me despida de este mundo”.

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