Ciclo de entrevistas Financiadas con Recursos del “Fondo de Fomento de Medios de Comunicación 2018”
Evelyn Cruz, de 39 años, casada, con 2 hijos, llegó el 2009 desde Santiago a La Serena para hacer un cambio de vida y logró formar en el 2011 un emprendimiento de calzado en base a reciclaje, “Calzados Triskel”. Su trabajo lo realiza desde su misma casa donde tiene su taller y las herramientas necesarias para llevar a cabo el producto. Todo partió porque siempre le han gustado las manualidades “hice mosaicos, pintaba vidrios, era muy buena con eso y siempre quise irme como por el lado de la artesanía”.
¿Cómo partió este proyecto?
“Cuando llegamos acá empezamos a conversar el tema de hacer algo porque necesitábamos que mi esposo saliera a trabajar y yo quedarme con mi hijo, ya que tenía en ese tiempo sólo 2 años, no queríamos dejarlo todo un día en el jardín por lo que buscamos una forma en la que pudiera yo quedarme en la casa y generar dinero igual, porque con un sólo sueldo no alcanza muy bien. Así surgió la idea de hacer calzado, pero no sabíamos si hacerlo o no porque es algo como súper nuevo, como que no lo hace mucha gente, hasta que nos atrevimos y empezamos a averiguar por internet un montón de ideas y nos lanzamos, pero primero partimos haciendo sólo de tela. Me acuerdo que mi esposo nos prestó como 20 mil pesos para que fuéramos a comprar algo de materiales a Santiago y con eso partimos, con 6 pares que los vendimos en una feria libre a 15 mil pesos cada uno, nos compraron todo y ahí ya empezamos, después nos separamos con mi amiga y seguimos con mi esposo en el 2013, él dejó hasta su trabajo y empezamos los dos a hacer esto”.
¿Cómo es el proceso para llegar a terminar el producto?
“Es súper largo, tiene muchos procesos, nosotros trabajamos con reciclado de cuero de chaquetas, pantalones, cosas así, primero hacemos los moldes, por ejemplo, para un modelo nuevo se debe hacer el moldaje con la horma y de ahí se saca el modelo, después eso se lleva a hacer a otras plantillas para que queden más resistentes los moldes, luego se lleva a cortar a una chaqueta y al tener los cortes listos, se cose todo, que es como el aparado (coser las piezas de un zapato antes de poner la suela), después se lleva al armado con la horma y la plantilla abajo, finalmente se le coloca la planta, se saca la horma y después se hacen los detalles como los ojetillos, broches, hebillas, todas esas cosas, igual es harto trabajo”.
¿Se han ganado algún proyecto?
“Hemos postulado varias veces a FOSIS, de hecho nos ganamos dos veces los premios más altos que ha dado, que son los Cree, el proyecto que presentamos fue ecocalzado con telas y cueros reutilizados. Nos escogieron también el mejor proyecto de la cuarta región y nos mandaron a Antofagasta, allá hubo un encuentro de todas las regiones donde sacaron el mejor proyecto. Además, nos mandaron por FOSIS a Argentina, San Juan, representando a la cuarta región para la Fiesta del Sol. Con el segundo premio de FOSIS nos compramos una troqueladora (máquina encargada de ejercer presión sobre un troquel o matriz para cortar un material) que vale alrededor de 6 o 7 millones de pesos pero nosotros la compramos usada en 1 millón 800 mil pesos, con ella nos ahorramos bastante dinero y tiempo en nuestro trabajo, tanto así que el trabajo que hacíamos en 2 o 3 semanas lo hacemos en un día, por lo que hemos subido bastante la producción”.
¿Cuáles fueron los pasos a seguir para llevar a cabo el emprendimiento?
“Primero tuvimos que sacar patente en la casa y cuando nos ganamos el primer proyecto de FOSIS nos dijeron que teníamos que formalizar y ahí después sacamos las boletas y todo lo demás”.
¿Postularon a recursos privados?
“De un principio con lo mismo que generábamos del negocio fuimos juntando más plata y ahí fuimos mejorando la mercadería que teníamos pero después pudimos optar al Banco Estado por la parte de emprendimiento, ahí tuvimos la posibilidad de optar a créditos y nos dieron hasta cuenta corriente”.
¿El proceso fue difícil?
“Sí, al principio como no sabíamos tuvimos que ir aprendiendo todo, hice un curso de costura porque yo no sabía coser a máquina y después yo le enseñé a mi marido, a la vez, íbamos aprendiendo cómo armar los zapatos viendo hartos videos por youtube y cosas así, además, cuando íbamos a comprar materiales a Santiago preguntábamos harto a la gente que trabaja allá sobre cómo se hacía el zapato o cuáles eran los mejores materiales para comprar y así nos iban dando ideas hasta que iba saliendo algo mejor”.
¿Por qué crees tú que han tenido tanto éxito?
“Es que el producto que nosotros hacemos es algo único y a la vez hacemos a pedido, entonces lo pueden hacer personalizado. Por ejemplo, pueden escoger la tela o el cuero y puede ser totalmente a su gusto. Otra cosa que nos destacó más para que creciera nuestro emprendimiento fue porque somos el único calzado que está protegido con cobre, hasta el momento seguimos siendo el único. En el año 2015, conocimos a otras personas que se ganaron un FOSIS también, ellos llegaron a la nanopartícula de cobre con un costo mucho más bajo y ahí empezamos a trabajar con ellos. De nuestros productos la mayoría tiene cobre, todo lo que es botín y botas, el zapato tiene todo el interior, no es sólo la plantilla sino que también todo el forro”.
¿Cómo manejas el tema de la publicidad?
“De Inacap una vez nos llamaron y nos dieron la opción de que los alumnos de Diseño nos podían hacer páginas, el logo, etc. Además, hicieron una encuesta súper buena en el centro de La Serena para ver si conocían nuestro producto y participaron alrededor de 700 personas. De los promedios que ellos sacaron, 2 de cada 10 conocía la marca y de los que no nos conocían, el 80% nos compraría sabiendo las condiciones que tiene el zapato dentro de sus gustos”.
¿Cuál es su plataforma de venta?
“Generalmente ofrecemos el producto por internet, tengo dos páginas de fanpage y ahí nos escriben, pueden hacer el pedido y pueden escoger la tela y el color, por ejemplo”.
¿Han pensado en expandir su negocio?
“Sí, ahora nos enfocamos en eso porque siempre nos hemos puesto en el verano en la Plaza de Armas y en puras ferias pequeñas durante el año, así que ahora nos lanzamos con la feria de la Avenida del Mar, la de Las Brisas del Mar que queda en Cuatro Esquinas, al lado de Copao, siempre nos habíamos querido poner en ese lugar pero es bien caro, aunque ahora ya lo logramos y vamos a estar todo el verano ahí”.
¿Viajan a otras ciudades para mostrar su producción también?
“Sí, mi marido ha ido a Antofagasta regularmente pero eso fue hasta abril de este año, lo que pasa es que ahí estábamos en un lugar súper bueno que es la Plaza Colón, la Plaza de Armas de Antofagasta, íbamos como una vez al mes o mes por medio pero por problemas de la municipalidad de allá dejaron de pasar la plaza a todos los tipos de ferias, entonces nos pusimos en otros lugares pero no era lo mismo, todo lo que implica viajar, trasladar, enviar encomiendas, movilizarse, estadías y todo no era mucho lo que convenía por lo que traías en ganancias. Para el segundo Fosis que nos ganamos él viajó a una gira que hicieron de artesanos a todo el sur, desde Valdivia hasta Chiloé, allá la gente tiene otra onda, muy cariñosa, es distinto el público”.
¿Hubo momentos en que pensaste en dejar de lado este proyecto?
“Sí, por ejemplo cuando me separé con mi amiga, yo dije no más porque es harto trabajo, me salían muchos pedidos y tenía que hacerlo todo sola, era muy pesado, así que en ese momento mi marido me dijo que no podía rendirme ya que tenía hartos clientes y ya había aprendido todo el proceso, entonces como que dejarlo todo era mucha pérdida, fue así que él mismo dejó su trabajo, me apoyó y al final el aprendiz salió mejor que el maestro porque él hace un millón de cosas aunque trabajamos juntos los dos. Definitivamente ha sido mucho mejor porque podemos estar con los niños acá, al final de cuentas ha sido lo mejor hacer este emprendimiento porque hemos estado más en familia como queríamos y ahora como vamos a tener más trabajo por la feria de la Avenida del Mar pensamos en tratar de buscar más personas para que nos ayuden”.
¿Piensan en integrar más gente para trabajar en forma definitiva?
“No si hemos tenido gente trabajando pero cuando vivíamos en la otra casa pero ahora que estamos más retirados es más complicado, es más caro incluso así que estamos tratando de buscar alguien de acá del Pueblo de Bellavista pero sólo por este período de la feria de la Avenida del Mar, después ya volvemos solos los dos a trabajar, ya tenemos un ritmo de trabajo solos y nos gusta también estar así”.
¿Crees que al momento de emprender hay muchas brechas de género?
“No, al contrario, siento que hay harto apoyo hacia la mujer para emprender e incluso encuentro que hay muchas cosas en que no ayudan al hombre pero sí a la mujer, mi marido por ejemplo, quiso hacer otras cosas antes y no, era sólo para las mujeres, el mismo curso de costura que yo hice al principio sólo para mujeres, entonces yo encuentro que ahora no es como antes, yo creo que hay harto apoyo, yo por ejemplo estoy inscrita en el Sernam y ellos fueron los que me ayudaron harto al principio, de hecho el acceso a ferias fue por ellos, me dieron toda la información”.
¿Cuál crees que ha sido la clave para mantener el negocio en el tiempo?
“Yo creo que ha sido la constancia, porque hay veces que es súper cansador este trabajo, por ejemplo, nosotros trabajamos en el verano y olvídate de vacaciones como tiene la mayoría, en la misma plaza de armas el trabajo dura hasta las 12 en la feria y después hay que llegar a la casa y seguir trabajando porque hay que hacer más zapatos para llevar al otro día, es súper agotador y hay veces en que uno igual anda apenas porque es como que trabajas más al final de lo que trabaja una persona que está empleada”.
¿Al momento de postular crees que hay muchas brechas culturales y sociales?
“Sí, igual influye un poco eso en cuanto a que te piden en la mayoría las fichas sociales y todas esas cosas, como que ayudan mucho más a la gente que tiene poco puntaje y entonces igual eso perjudica a mucha gente que tiene buenas ideas pero que tiene un alto puntaje y no las apoyan mucho, hay proyectos buenos que se pierden porque la gente tiene un poco mejor situación económica”.
¿Es difícil comenzar un proyecto de negocio?
“Sí, es difícil, yo creo que hay que tener como de chicos esta idea fija, este sueño de hacer algo, de trabajar independiente, ese ímpetu de siempre porque si no lo tienes yo creo que a la primera vas a decaer y no vas a seguir”.
¿Qué mensaje entregarías para las mujeres que quieran realizar su propio sueño?
“Yo creo que más que nada que sean constantes, a lo mejor muchas veces te faltan las ganas o la energía pero hay que seguir, mientras uno más trabaja más recompensada te sientes, mientras tengas esa lucha en algún momento te va a llegar la victoria”.
¿Por qué la marca se denomina “Triskel”?
“La marca es porque a nosotros siempre nos gustó el símbolo triskel, que es un símbolo celta para atraer buenas energías y a la vez es como un talismán de sanación, si uno busca la información dice que tiene hartas virtudes pero lo más importante es como que atrae que este todo lo bueno en el símbolo, entonces como siempre nos gustó lo quisimos colocar en los zapatos para que ayude a la gente que lo ocupa a que le traiga buenas energías”.
Cabe señalar que este emprendimiento también es un aporte al medio ambiente, de hecho el taller que tienen está todo iluminado con paneles solares, funciona todo con energía renovable y tratan de evitar la contaminación del curtido del cuero, por eso el trabajo es hecho a través de cuero reciclado, por ejemplo, al momento de cortar y desarmar una chaqueta ocupan las pequeñas piezas de cuero y las usan para hacer pulseras, aros y cintillos, entre otros.
