“Agradecemos a la ANEF y a Raúl De la Puente por recibirnos y por las muestras de convicción y de pluralismo. Estamos a 80 días de una elección presidencial y siento que –al igual que en 2009– el gran ausente es el tema laboral. Si hay una herramienta para corregir la desigualdad –junto con la reforma tributaria y la educación gratuita– es el código laboral”, señaló el candidato del Partido Progresista, Partido Liberal y movimientos independientes.
“Mi revolución es que Chile sea un país normal y lo que tenemos en materia laboral es anormal. Pienso en derecho a huelga, la negociación colectiva, pienso en la subcontratación, en el multi rut, en materias que son propias de la OCDE, donde le han hecho recomendaciones a Chile en relación al código laboral y el respeto a los trabajadores”, agregó.
Enríquez-Ominami enfatizó: “Para mí, el Estado es un mal empleador, y es por esto que quiero expresar nuestros compromisos programáticos. Creo en la meritocracia, los espacios deben ser ganados meritocráticamente, y lo que tenemos hoy es una vendetta. Entra un gobierno y llegan 11 mil trabajadores, se va un gobierno y se van 11 mil. En otros países, cuando hay cambio de Gobierno, no hay este movimiento de trabajadores, no existen las cuotas para partidos”.
“Para que exista estabilidad tenemos que cambiar. Es falso pensar que porque queremos estabilidad laboral tenemos que mantener lo que hemos hecho hasta ahora. Los mismos caminos nos llevarán donde mismo; hay que poner en el centro la agenda laboral y decir con todas sus letras que el código laboral hay que rehacerlo, lo mismo el código minero y el código de aguas”, agregó.
“Debemos defender la sindicalización, por ello propongo la sindicalización automática de los trabajadores. La tasa de sindicalización en Chile es bajísima, –cerca del 11 por ciento–, muy por debajo del resto de los países que nos rodean. Los estudios demuestran que donde hay organización sindical hay mejoras laborales y mejor calidad del empleo y yo soy un candidato que cree en la sindicalización”, añadió.
